Escribe: Sofía Picca
Fotos: Lucas Levi Hadid
Al hacer un repaso por la producción dramatúrgica argentina del siglo XX el nombre de Griselda Gambaro resuena, y fuerte. Perteneciente a la denominada “Generación del ´60” la poética gambariana siempre tuvo una clara posición ideológica y política en donde denunció el abuso de poder y visibilizó la violencia machista.

“El nombre” es un texto corto, llevado adelante por un único personaje femenino -interpretado por Silvia Villazur y dirigido por Laura Yusem- quién relata los sucesivos cambios de nombre que sufrió a lo largo de su vida por parte de sus empleadoras. Ella vive en la calle y el espacio de la representación va más allá de utilizar objetos icónicos que nos permitan configurar una calle cualquiera. Lo que vemos como espectadorxs en el fondo del escenario es una pantalla donde se proyecta la calle Mario Bravo. Vemos lo que está captando la cámara de seguridad del teatro. La gente, los autos pasan y ella sigue ahí.
Esta situación violenta -de desamparo social- que vemos a nivel escénico puede ser hilvanado con lo que a nivel del relato nos cuenta la protagonista. Ese espacio virtual, la palabra narrada, nos lleva a otros tiempos y espacios en donde nos enteramos como los distintos hogares en donde trabajó como empleada doméstica -sirvienta dice ella- las distintas “señoras” le otorgaron su nombre (Ernestina, Lucrecia, Florencia, María). Un nombre no es poca cosa, sobretodo cuando la capacidad de denominar y configurar está en manos de quienes tienen el poder.

Y la señora me dice, sin maldad, «¿Cómo te llamás?» Yo vacilé un poco, canturreé como el río, y la señora se asustó. No entendía. Quería un nombre de persona, de gente. Entonces pensé, para darle gusto, y elegí el nombre más hermoso: Eleonora. Y la señora, qué casualidad, se llamaba como yo, Eleonora. Y me dijo: «No, te pido un favor, ¿puedo llamarte María? Es tu nombre. María». Y casi sonaba bien como lo decía ella. María.
Tampoco es poca cosa el hecho de que Gambaro escribió este texto en 1974, augurando el peso semántico y simbólico que la palabra identidad tomaría en la Argentina. Permitir la existencia del otrx es poder nombrarlx; no permitirla es silenciarlx, aniquilarlx. De ahí la importancia en el campo de las palabras y del lenguaje de incorporar nuevos cuerpos, ideas, identidades, etc… El lenguaje no describe el mundo, lo crea (mientras el Word marca con rojo las x que utilizo).
La protagonista de esta obra es violentada mediante el desprecio y la negación de su nombre, y esto a lo largo de su vida termina materializándose en la marginalidad de las calles y el desamparo. De la misma manera en que el lenguaje manifiesta su violencia no solo en la reproducción discursiva de la dominación social de una clase sobre otra, sino también mediante la imposición de un único sentido (pensemos por ejemplo lo caro que resulta a las mujeres el universo de sentido sedimentado en la palabra “madre”, y el hecho de no sentirse correspondida con la misma).
La narración de “María” es la que nos ayuda a construir los trazos de su identidad, de la misma manera en que el personaje necesita de la palabra para existir, para conocerse e intentar denominarse. Y cuando no le quedan palabras para nombrar lo innombrable grita, porque el grito canaliza la energía y la fuerza de la palabra que aún no fue reconocida.
Gritemos.
Ficha técnico-artística
Autoría: Griselda Gambaro
Actúan: Silvia Villazur
Diseño de vestuario: Magda Banach
Diseño de escenografía: Magda Banach
Diseño de luces: Leandra Rodríguez
Música: Cecilia Candia
Fotografía: Lucas Levi Hadid
Diseño gráfico: Sabrina Lara
Asistencia de escenografía: Luciana Hernandez
Asistencia de iluminación: Agustina Gomez
Asistencia de vestuario: Luciana Hernandez
Asistente de sonido: Alejo Trosman Rapela
Asistencia de dirección: Gabriela Levy Daniel
Prensa: Carolina Alfonso
Producción: Gabriela Levy Daniel
Dirección: Laura Yusem
Duración: 45 minutos
Más información
La obra se presentó en EL CAMARÍN DE LAS MUSAS, hasta el 26/10/2018 – FINALIZADA
Mario Bravo 960 – Capital Federal – Buenos Aires – Argentina – Teléfonos: 4862-0655