Gabriela Diker, Secretaria de Evaluación e Información Educativa del Ministerio de Educación de la Nación, doctora en Educación, y especialista en Historia de la Educación y la Pedagogía, en comunicación con #NoNosQuedaOtra AM 740 Radio Rebelde. Proyecto de relevamiento a docentes, directivos y alumnos de distintas partes del país para evaluar la respuesta que dio el sistema educativo argentino ante la pandemia; las desigualdades educativas y cómo abordarlas.
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El sistema educativo en la pandemia
“La continuidad pedagógica viene transitando distintas etapas: tuvo una expresión un poco más caótica, se puso de manifiesto en un principio un compromiso muy importante de parte de todos los docentes por sostener la comunicación y por encontrar maneras de sostener la actividad educativa. Con el paso del tiempo se fue sistematizando más: las comunicaciones, los tiempos de trabajo, los contenidos que eran imposibles trabajar por estas vías. De modo que estamos en una situación más estable pero que también registra el agotamiento de los chicos, las familias, de los docentes en un periodo que se volvió mucho más largo, y ahora tendremos que evaluar en qué condiciones se está dando”.
Relevamiento a la respuesta del sistema educativo
“Estamos ya implementando una evaluación en la que lo que queremos es construir lo más riguroso y lo más representativo posible la respuesta que dio el sistema educativo argentino a la situación de la pandemia, y para eso ya estamos desplegando distintas líneas de relevamiento: Una es una encuesta a directivos en una muestra de cinco mil escuelas que representan el universo de escuelas tanto a nivel provincial como en el ámbito urbano, rural, privadas y públicas; una línea de encuestas a docentes que involucra a veinte mil docentes de los distintos niveles de la educación obligatorio; y una encuesta a hogares, porque necesitamos entender bajo qué condiciones ha sido posible sostener la enseñanza desde las escuelas, y a partir de los recursos que contaban los docentes, y bajo qué condiciones las familias han podido aprovechar los recursos que se pusieron a disposición y qué vías de comunicación y con qué intensidad se pudo sostener el trabajo con los chicos».
«La pandemia, el aislamiento social y la suspensión de clases profundizan las desigualdades ya existentes en el sistema educativo, y eso es algo que necesitamos documentar”
“Es una situación que superpone muchas capas de complejidades, una es la disponibilidad de recursos materiales para sostener la educación a distancia, otra es la disposición de dispositivos tecnológicos a distancia; no podemos olvidar que la pandemia llega en la Argentina con el 51% de los chicos en edad de educación obligatoria bajo la línea de pobreza, ahí ya está la cuestión de si se dispone o no de recursos materiales; la otra es que tantos recursos simbólicos dispone la familia para acompañar la educación de los hijos, pero no hay por qué suponer que los adultos a cargo están preparados para acompañar una educación que todavía quiere ser comandada por la escuela. Es una actividad formativa muy particular, codificada de una manera muy particular que es la actividad escolar; entonces a esa complejidad le tenemos que sumar la «deficiencia» en relación con la formación de los docente y escuelas para sostener esta modalidad. No creo que debamos calificar la falta de experiencia o de tradición en el sistema educativo argentino para trabajar exclusivamente en una modalidad educativa a distancia como deficiencia. Es una situación completamente inédita en los sistemas educativos en el mundo. Tenemos que serenarnos en relación con las expectativas de lo que puede ocurrir en una situación como esta».
«Dado lo inédito de la situación, el sistema educativo argentino ha tenido una respuesta extraordinaria. El Estado ha salido a multiplicar los recursos en una escala que no tiene comparación con ningún país en el mundo”
“La evaluación no incluye pruebas estandarizadas de aprendizaje, intenta reconstruir las condiciones bajo las cuales se ha sostenido la actividad pedagógica en Argentina. Queremos rescatar la idea de evaluación del sistema educativo pensando más en términos de evaluación del modo en que el Estado garantiza condiciones para ejercer un derecho, que en términos de aprendizaje individual. En este caso no incluye pruebas estandarizadas, sino todo lo contrario, queremos evaluar qué respuestas pudimos dar teniendo en primer plano la voz de los protagonistas”.

“Tenemos que poder salir de esta situación con una escuela mejor de la que teníamos. No vamos a volver a la misma escuela que teníamos y tenemos que poder decir que no queremos volver a esa misma escuela que suma a las desigualdades existentes formas muy específicas de producción de desigualdad. No puedo dejar de decir que es un momento para dar algunos pasos en relación a los mecanismos que producen escolarmente la desigualdad. El problema de la desigualdad educativa es un tema muy complejo. Me parece que esta es una situación en la que todo eso que sabemos tiene que estar a disposición de un conjunto de políticas que no pueden ser simples; no es una política que aborda una sola dirección, definitivamente el problema de la desigualdad educativa tiene que ser abordado desde sus múltiples dimensiones al mismo tiempo, porque cuando el derecho a la educación está vulnerado lo están otros derechos y por lo tanto, creo que lo que nos espera a la salida de la pandemia es un trabajo muy intenso para construir una escuela más igualitaria, dando pasos que hasta ahora el sistema educativo no ha podido dar”.