SOBRE EL LENGUAJE INCLUSIVO Y LA PERSECUCIÓN A LOS DOCENTES

Martes 14 de junio del 2022

Escribe: Bernardita Castearena

Ni la falta de vacantes, ni el frío que entra por las ventanas, ni los techos derruídos de las escuelas porteñas,  parecen preocupar a la Ministra de Educación, Soledad Acuña. El nuevo capricho es el lenguaje: el mismo que usaron como bandera para dar talleres y hacer cartelería oficial. El viernes, el gobierno porteño anunció que iba a prohibir el uso del lenguaje inclusivo en las escuelas. Para justificar la decisión, Horacio Rodríguez Larreta dijo que «tienen que respetar las reglas del idioma español, tanto cuando están frente al aula como cuando se dirigen en comunicaciones a los chicos y a sus familiares». Por su parte, Soledad Acuña aclaró que la decisión no implicaba una “caza de brujas”.

Dos días tardó en contradecirse. El domingo, en comunicación con FM Milenium, Acuña dijo que «es obvio que como toda norma se tiene que cumplir y si no se cumple, hay un proceso administrativo disciplinario. Del mismo modo que si una docente elige evaluar con emoticones en lugar de números. Yo regulo las formas de evaluar. Si no se cumple, hay un procedimiento de sanciones» y agregó: «Lo primero que tiene que hacer la conducción de esa escuela es explicarle al docente que el foco de lo que hace tiene que estar en los derechos de los estudiantes, no en lo que a él o ella como adulto le interese rebelarse o ponerse en contra. El foco son los chicos».

Otra vez aparece en escena el “fanatismo”: el arquetipo de docente que quiere rebelarse contra alguien(es). Del otro lado, los chicos. ¿Quiénes son esxs chicxs para el larretismo? ¿lxs que piden a gritos ESI en las escuelas? ¿lxs que no tienen un plato de comida nutritiva asegurado en los comedores? ¿lxs que encuentran en las instituciones una respuesta a las inquietudes que les genera su propia identidad? ¿lxs que a partir de esta medida no se sienten nombradxs en ningún lado? Más bien parece que los chicos de Acuña son el estereotipo de hijos de padres que no quieren que las cuestiones de género y de sentido crítico cambien el rumbo de la vida que ya tienen predestinada para ellxs. 

En declaraciones con Radio Provincia, la secretaria general de Ademys, Mariana Scayola, dijo que “esto trasciende cualquier especulación que uno pudiera hacer” y resaltó que “ha tenido una repercusión enorme no sólo dentro del ámbito escolar sino también en el movimiento de mujeres y disidencias” porque la medida “va en contra de la ley de Educación Sexual Integral (ESI) y la ley de Identidad de Género». Por otro lado, consideró que la decisión del Ministerio de Educación “es desconocer las identidades que existen en la escuela» y señaló que “le da argumentos a los sectores más reaccionarios a que censuren a los docentes o a los estudiantes que lo utilizan».

Según Larreta, el lenguaje inclusivo tergiversa el idioma. Nada que ver con lo que provoca hacer una campaña con el hashtag #Subtrenmetrocleta.