Domingo 5 de marzo del 2023
Escribe: Germán Pereira
Está en todas partes, en casi todo lo que usamos está presente. Algunos de los materiales que son cotidianos para nosotros, surgieron de una manera escabrosa, con base en lobbys e intereses concentrados sin importar el detrimento del ambiente. Hoy día, padecemos la transformación y el cambio climático, en gran parte, por la dependencia programada y planificada de un cierto tipo de productos e industrias. Aquí un relato de cómo dejamos de emplear materiales eficientes y ecológicos, a otros de origen no renovables y contaminantes.
Capítulo Uno: La Planta Asombrosa
Es de público conocimiento que durante gran parte de la historia de la humanidad la planta de cannabis acompañó al ser humano en su evolución. Existen registros de tipo antropológicos, que demuestra la relación entre cannabis y hombre, siendo la primera especie vegetal que fue domesticada y cultivada. Hay datos de la especie vegetal que rondan del año 7.000 a.C. como planta para varios empleos: textil, alimento, medicina, papel, combustible, etc. A pesar de ser oriunda de las cordilleras del Himalaya, la cannabis se ha ido extendiendo y proliferando en todo el planeta. Sin embargo, más acá en el tiempo, conglomerados económicos vieron en el vegetal un competidor arrasador para con sus inversiones y proyectos.
El tallo de la planta de cannabis -o cáñamo como se le decía vulgarmente- se utilizaba para fabricar prácticamente todos los utensilios que se necesitaba, ejemplo en náutica como cuerdas de ancla, redes de carga, redes de pescadores, banderas, como también la ropa de los navegantes, incluso la costura de las suelas de cuerda de sus sandalias de lona eran fabricadas con la fibra. Las semillas eran fuente de alimento que se cocinó de varias maneras como en guisados, tostadas o molidas. Se las utilizó, además, como combustible ya que servía para mantener encendidas las velas. Y ni que hablar las flores, como medicina herbaria común y de libre acceso, útil para varias dolencias y afecciones. Sin embargo, entrando en la era moderna, y a pesar de la gran demanda que tenía la planta, se ideó un plan anticannabis para acabar con ésta industria no tan emergente pero si en pleno crecimiento y evolución.
Capítulo Dos: Antesala Concebible
Siguiendo una línea cronológica de los hechos, y poniendo en contexto histórico, en EEUU durante los años ’20 y ’30 del siglo pasado, se sucedieron varios hechos de relevancia que iba a tener sus consecuencias irremediables unas décadas más tarde. En 1920 se impuso la Ley Seca, conocida por prohibir todo lo relacionado con el alcohol, consistente en la ilegalización de la fabricación, transporte, tenencia y venta de alcohol para consumo. Fue una controvertida medida que se aplicó por seguridad más que nada del ámbito hogareño pero que dio lugar fértil para la fructificación de ciertas pandillas y mafias organizadas. A esta decisión parlamentaria, se le sumó la crisis financiera de 1929, conocida como La Gran Depresión, que duró varios años y que tuvo efectos devastadores en todos los ámbitos de la economía/ política y estratos sociales de norteamérica. A este panorama, durante los años 1930, y a pesar de los estragos de la Ley Seca, en EEUU surgía más prohibición y persecución con la llamada Guerra contra las Drogas que en definitiva fue una política de ganancia y de salvataje para ciertos sectores empresariales de índoles muy opuestos al cannabis y su desarrollo. La campaña funcionó con el tiempo, y para 1937, el Congreso de los Estados Unidos prohibió todo uso del cannabis, catalogándolo como hierba peligrosa, redactada por el funcionario a cargo de la Oficina Federal de Narcóticos, Harry Anslinger. Esta “Guerra” fue lucrativa para ciertos conglomerados capitalistas, como fue el caso de la compañía DuPont, empresa química y farmacéutica conocida por fabricar fibras artificiales y sintéticas a base de pociones petroquímicas. A DuPont se le unió la industria maderera, del tabaco y la del algodón que también se beneficiarían con la erradicación total de la planta de cannabis porque iba directamente en oposición a sus intereses. De ésta forma conciente se suprimió una cultura y conocimiento sobre cannabis de antaño, dejando paso libre a una de las industrias más tóxica y contaminante que se pudo crear.
Capítulo Tres: La Industria Perversa
Durante este nuevo orden impuesto, en donde el cáñamo ya no era competidor directo de distintas ramas industriales como la del papel, de textil o del plástico, empezó a crecer exponencialmente por esos años el imperio de DuPont quien patentó y registró entre otros materiales: celofán (1927), neopreno (1930), nylon (1935), teflón (1937), mylar (1952) y lycra (1959), obtenidos todos ellos principalmente del petróleo. Resulta sencillo comprender por qué esta compañía no estaba a favor del desarrollo de las potencialidades del cannabis, especialmente como fuente limpia y renovable de fibra natural resistente y duradera, una seria competidora para sus fibras sintéticas petroquímicas.
La multinacional DuPont si bien surge en los primeros lustros de 1800, con lo que se beneficia y gesta económicamente es mediante la industria bélica unos años más adelante ya que tenía la producción más grande de pólvora, y fabricaba, entre otras cosas, dinamita. Sin embargo, nunca limitó limitó su expansión, y generó influencia en distintos sectores productivos, siempre con el mismo método, arrasar con todo a su paso. Es así que durante las primeras décadas del 1900, además de invertir en pólvora y polímeros, adquiere la empresa automovilística General Motors, competidora directa de Ford, quien años más tarde se aparecería con “el auto que crecía desde el suelo” con carrocería y combustible de cáñamo. A pesar de la diversificación, los esfuerzos bélicos seguían siendo clave para la compañía. Las guerras, además, eran un campo de pruebas para sus nuevos productos. DuPont eran proveedor para EEUU de productos militares como lo hacía también el cáñamo, conocido como Hemp for Victory.
Durante aquella época de los años ’40, DuPont participó en el Proyecto Manhattan para el desarrollo de la bomba atómica, con la construcción de instalaciones. Ya más actual, el siguiente gran paso de la compañía se produce en 1980, cuando entra en el negocio del petróleo, con la compra de Conoco. Aquella operación aseguraba el acceso de DuPont al suministro de petróleo, imprescindible para elaborar sus productos. Pero 1999, DuPont vendió su participación, y entró en una nueva época empresarial, con la compra de una productora de semillas híbridas de maíz, convirtiéndose en una de las mayores productoras de plantas híbridas y modificadas genéticamente del mundo. Un dato relevante es que en 2011 DuPont fue el mayor productor mundial de dióxido de titanio, principalmente como pigmento blanco utilizado en la industria del papel. Ya finalizando la evolución productiva, la fusión con Dow Chemical Company fue el último gran cambio. El proceso se completa en 2017, y da lugar a una nueva forma empresarial, especializada en distintos campos: una empresa de agricultura, llamada Corteva; una de ciencia de materiales, plásticos y otros químicos, que es Dow; y otra para los productos especializados, que es DuPont. Esta última incluye todo lo relacionado con la nutrición, la salud, la electrónica, las comunicaciones, y la seguridad y protección.
Capítulo Cuatro: Desenlace Sospechado
Durante todos estos años en que se fue transformando y ejerciendo el poder corporativo de DuPont, tuvo que enfrentarse a numerosas demandas y acusaciones de índole socioambientales y de daños ecológicos. DuPont fue responsable y máxima emisora de los CFC, una familia de sustancias dañinas para la capa de ozono. También tuvo que enfrentarse a polémicas por fijación de precios y cartel como artimañas monopólicas. A su vez, se suma el reclamo colectivo, promovido por Bilott en 2001 al descubrir que miles de toneladas de PFOA de DuPont habían sido arrojadas al vertedero contaminando el suministro de agua de la comunidad circundante de aproximadamente 70.000 personas en Virginia Occidental y Ohio. Y la demanda más reciente a la corporación de 2015 en Argentina, por daños ambientales y morales –entre otros- producidos por lo que la presentación llama “liberación incontrolada a campo abierto de OGM (transgénicos)”.
El cáñamo siempre fue un recurso renovable cuyo aprovechamiento sustentable lo convierte en un aliado para remediar muchos de los actuales problemas ambientales, algunos de ellos causados adrede por compañías como la DuPont. Si bien la prohibición caló profundo en casi todas las sociedades del mundo, se está a tiempo de remediar y volver a reutilizar la eficiencia industrial que nos brinda la planta de cáñamo. Hoy día hay ciertos materiales que resultan irremplazables pero hay otros que sí pueden ser sustituidos por alternativas limpias. No cabe duda que al sepultar al cultivo cañamero el impacto en el plano ambiental se deterioró con consecuencias irreparables. Quizá haya desconfianza de que fue una conspiración en contra de la planta. Sin embargo, en lo que se tiene plena seguridad es que el cultivo de cáñamo estará al servicio de la humanidad, como lo hizo siempre.
Referencias bibliográficas:
- https://www.eleconomista.es/podcasts/noticias/11457709/10/21/La-historia-de-DuPont-entre-la-polvora-la-revolucion-de-la-contabilidad-y-las-polemicas.html
- https://es.wikipedia.org/wiki/DuPont_Corporation
- https://latinta.com.ar/2017/03/avanza-la-demanda-colectiva-contra-14-corporaciones-y-el-estado-por-dano-ambiental/