Domingo 12 de marzo del 2023
Escribe: Gabriel De Milo
El 1 de marzo «The Dark Side of the Moon» de Pink Floyd cumplió 50 años , sin dudas uno de los discos clave dentro de la historia de la música. Lo más simple para categorizar a este disco que conmovió, conmueve y seguirá conmoviendo a generaciones enteras alrededor del mundo, sería decir que es uno de los discos más vendidos de la historia, pero claro, eso poco significa comparándolo con lo que representa musicalmente en cada una de sus 10 canciones; cargado de una psicodelia hipnótica que revolucionaría el sonido y la estética de la época. El octavo disco de la banda Inglesa cuenta con la particularidad de ser el primer álbum sin las ácidas visiones contemplativas marcadas por la locura y las angustias de Syd Barret, quien fue uno de los principales compositores y además fundador de la banda.

El álbum contó con la producción de Alan Parsons. el músico y productor fue una pieza clave en el sonido final del disco en el cual trabajó arduamente cortando y pegando cintas para armar loops, capas de voces, risas y sonidos y sumarle a estos sintes y crossfaders, y al fin crear esta obra sublime del ¿rock progresivo?, ¿de la pscicodelia?, o simplemente de la música. Encasillar a este álbum es simplemente no ver más allá de lo estigmatizantes que suelen ser en estos casos los géneros musicales. En las letras Roger Waters tomó el lugar que dejo Barret y se ocupó de tocar en ellas una enorme cantidad de temáticas que desde aquellos años agobian y atañen al universo existencial de la humanidad, como los son el paso del tiempo, la muerte, el stress y la opresión, Waters mostraba un estado de gracia arrollador en lo compositivo, para llevar adelante la que es seguramente la obra conceptual más importante del rock y sus vertientes.

Detrás de estos puntos altos de los que hablamos, hay una banda dueña de una sinergia imparable. David Gilmour pergeñando solos de guitarra climáticos, Richard Wright en los teclados y Nick Mason en batería, navegaban en una atmósfera creativa inmejorable y lo hacían con una naturalidad envidiable, dando así una enorme cantidad de aportes musicales, dejando en evidencia un nivel de inspiración desbordada que no podía finalizar más que en una obra tan orgánica que 50 años después sigue generando inspiración y ha marcado sin dudas un legado musical incalculable.
Una de las enormes particularidades que le dieron a este álbum el sello de gloria, es que sus canciones tanto de manera individual como en conjunto crean para los escuchas un viaje sideral propuesto en cada solo, en cada risa nerviosa grabada para que suenen de fondo, en cada sonido de monedas cayendo en «Money», en cada tic-tac de reloj en «Time». Todo esto, sumado a las colaboraciones de Clare Torry, con su solo vocal en «The Great Gig in the Sky» que te pone la piel de gallina aún luego de haberlo escuchado infinidad de veces, y la de Dick Parry con su saxo en «Money» y en «Us and Them». Todos estos ingredientes se unieron al excelente momento humano que reinaba dentro de la banda por aquellos días, para poder así concluir en una obra maestra de la música.

Sin dudas «The Dark Side of the Moon» es uno de los discos más homenajeados por sus colegas, incluso al punto de ser realizado de manera completa por la banda «Dream Theater» quien realizó una copia fiel del mismo; no así como lo hicieron los «Easy Star All-Star» con su reggae-dub en su versión llamada «Dub Side of the Moon»; o «The Flaming Lips» que llevaron adelante una versión completa del disco modificando varias cosas y dándole su toque exquisito, como incluir en todos los relatos al músico Henry Rollins, cantante y fundador de la banda Black Flag, quien aporta su estridencia a este viaje de lisérgico que montan los Flaming Lips.
El prisma de su portada es trabajo de un grupo de diseñadores ingleses formado por George Hardie, Storm Thorgerson y Aubrey Powell. Todos ellos formaban parte del colectivo de diseñadores Hipgnosis; esta portada se transformo en un emblema dentro del mundo de la música. Cada detalle de esta obra tiene una razón de ser y es por eso que a 50 años de su creación la seguimos celebrando y por sobre todo la seguimos escuchando.